Bajo vigilancia

Justin (Kevin Dillon) y Shane (Bruce Willis) son dos agentes especiales asignados al departamento de escuchas. A través de distintas pantallas, ven cada movimiento de Moses Walter, el líder de una peligrosa milicia. Cuando aparecen hombres armados en casa de Moses, con la intención de matarlo, Justin se salta las normas y decide ponerse en contacto con él para intentar salvarle la vida. Tras matar a Moses, los asaltantes descubren que todo ha quedado grabado, e irán hacia el centro de vigilancia para destruir toda prueba y enfrentarse a Justin y Shane, los únicos testigos del crimen.